Historia

 

Incontables son los héroes desconocidos, quienes jamás figuraron en la palestra pública ni sus rostros han tenido la marca de registro de los medios de información, pues hay virtud en el anonimato y aplausos más trascendentes que los audibles.

La empresa pública Cuerpo de Bomberos de Milagro (EPCBM) está plagado de una historia singular y por sobre todo admirable. Con personajes que son ejemplo de amor y desinterés por la ciudadanía, una historia rica en esfuerzo, de pasión altruista, de búsqueda incansable de superación.

Pero para conocer los inicios de esta hoy noble institución, resulta interesante saber que, fue Marco Liciano Craso (153- 54 A.C) hombre de negocios y senador romano, el precursor de los bomberos, ya que fue el primer organizador del servicio contra incendios de Roma.

El problema radica en el hecho de que no lo hacía de una manera desinteresada, porque cuando un edificio romano empezaba a arder, Marco Licinio se presentaba en el lugar y no daba la orden de poner en funcionamiento las bombas de agua que llevaba para apagar el incendio, hasta que el propietario del inmueble no se lo vendía, en condiciones lógicamente, muy ventajosas para él, y Si el dueño no accedía al pago, simplemente dejaba que el edificio se consumiera entre las llamas. Craso se había hecho inmensamente rico especulando y extorsionando; sus negocios incluían desde casas de prostitución a estas brigadas de bomberos.

Este lúgubre contexto, que para nada se asemeja a la misión y visión de todo bombero en nuestros días, no es una mancha que deba ser borrada de nuestras memorias sino más bien, el antecedente que nos lleva a la concienciación colectiva que hay labores sociales que jamás pueden ser vistas como empresas generadoras de capital, como un bien comercial o como simple negocio de mercado.

La historia del Benemérito Cuerpo de bomberos de nuestra ciudad nace el 7 de octubre de 1888, consolidándose como una organización al servicio comunitario desde sus orígenes. Con esfuerzo, dedicación y perseverancia, los primeros colaboradores realizaban la noble labor de cuidar a la ciudadanía de las llamas con los escasos recursos que contaban, guiados tan solo por la determinación, de la necesidad inefable de un pueblo de contar con su presencia.

Ha pasado más de un siglo desde entonces, y el Cuerpo de Bomberos no ha cambiado ni un ápice de su motivación inicial (el servicio desinteresado a la ciudadanía). En la actualidad, con una organización más completa, recursos de vanguardia, y formando parte de la empresa pública desde el 13 de julio del 2011, por ordenanza municipal, todos los miembros de esta noble institución se capacitan con constancia para brindar un servicio del más alto nivel.